Más que pasión al fútbol, la identidad propicia la violencia

Pertenecer a una barra de animación de un equipo de fútbol, va más allá de admiración al equipo o al juego. En algunos entornos, donde impera la falta de oportunidades y la desintegración social, ser miembro de un grupo da sentido de pertenencia e identidad, que mal encausado puede derivar en actos de violencia, como llegó a presenciar José Hernández López, ex integrante de La Komún y La Tribu, porras del club Santos Laguna.

"Cuando nosotros viajábamos era complicado ir a Aguascalientes, ir a Juárez por las viejas rencillas que ahí quedaron y ese tema que se iba acumulando, el tema de identidad, quién era la mejor barra de animación en su momento, lo que nosotros le llamábamos en su momento nuestras banderas para el tema de nuestras insignias."

Hernández López, comentó que dentro de las porras había divisiones entre los miembros por las colonias donde vivían ya sea que fueran del poniente, del resto de Torreón o de Gómez Palacio.

Como miembro de una de estas barras, recordó tres episodios de violencia contra aficionados de equipos rivales: Monterrey, Tigres y Necaxa, en los cuales destacó el papel que tuvieron las autoridades de Torreón.

"Finaliza el partido se hace una trifulca ahí adentro y Seguridad Pública nos mantiene mientras la revisión de las cámaras hasta las 10 de la noche. El partido se acabó a las seis y mientras revisaban cámaras y deslindar responsabilidades."

José Hernández, mencionó que el fútbol es motivo de armonía y convivencia y es tarea de aficionados, equipos y autoridades proteger la alegría dentro y fuera de la cancha.