1 de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad, según las cifras oficiales del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en México.
Esto coloca al país entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial, problema que se presenta más a menudo en los estados del norte y en comunidades urbanas.
Debido a esta situación en mayo del 2014 se actualizó la ley para regular los alimentos y bebidas que se venden en todas las escuelas públicas y privadas de México desde preescolar hasta universidad.
Esta ley prohíbe la venta de comida chatarra por lo que solo se deben ofrecer alimentos naturales, la comida chatarra y refrescos normales son tan dañinos que no pueden venderlos ni un solo día en las escuelas.
A pesar de ello esta situación no es vigilada de manera puntual por las autoridades, acudimos a una escuela primaria de Torreón para verificar lo que se le vende a los niños y encontramos que solo los refrescos fueron desechados de ese punto de venta, sin embargo siguen realizando productos con harinas y azúcares artificiales.
"Lo que más compran los niños son gorditas, los sopes, los hot dogs, los hot cakes pero solo los miercoles y viernes, refrescos no porque los niños no pueden consumirlo les vendemos jugo y agua" dijo la señora Rosa.
El problema se agrava ya que afuera de las instituciones educativas no hay un control de venta de comida chatarra.
"Habría que quitar a los ambulantes de afuera claro que sí los deben de quitar a los ambulantes porque si no es en vano todo lo que hacemos nosotros y en sus casas también" puntualizó la señora Rosa.
Dejando así al alcance de los niños alimentos que no benefician la alimentación y llevan a complicaciones de salud a largo plazo como la diabetes e hipertensión.
Además habría que sumarle a esta problemática la falta de activación física de los menores, quienes solo reciben clases de educación física de una a dos veces por semana.