En un predio abandonado a espaldas de la Presidencia de Torreón, crece un arbusto de la especie Gossypium, la planta de la que brota el otrora oro blanco de La Laguna: el algodón.
No hay a ciencia cierta razón de su presencia, si se trata de una planta cultivada por los dueños de la antigua construcción hoy destruida y cuyo predio se sabe se encuentra en medio de un litigio o si la naturaleza obró por medio de polinizadores como abejas, mariposas u otros insectos para que brotara.
Lo cierto es que en medio de una de las sequías más fuertes del norte de México y en un contexto de una crisis severa de falta de agua en La Laguna, el algodón ofrece a los peatones una estampa de un icono lagunero.
De acuerdo a la historia fue en la década de los años 50 cuando el cultivo del algodón tuvo su debacle ante una caída en los precios internacionales tras la comercialización de prendas con hilos sintéticos y fue todavía en el año 1991 cuando 20 mil productores registraron pérdidas millonarias cuando sus cultivos del algodón se infectaron del gusano rosado.
Hoy en día solo se siembran 150 hectáreas de algodón en San Pedro y Viesca, pero esta planta parece recordarnos que no requiere de excesivos volúmenes de agua como los forrajes y puede ser una alternativa para impulsar la agricultura local.