A inicios de la pandemia, José Luis Martínez Adame vio que en las afueras del Hospital General número 16 del IMSS en Torreón había una necesidad gigantesca: las personas que hacían fila necesitaban dónde tomar asiento.
Fue, en ese momento, que José Luis llevó seis banquitos y los empezó a rentar para los derechohabientes que requirieran descansar las piernas por las filas eternas que se tienen que hacer para ser atendidos en la institución.
La idea fue tan bien recibida, que el emprendedor ya se pudo hacer de 40 asientos, mismos que pone a disposición de la población de 8 de la mañana a 2 de la tarde todos los días.
Pese a la utilidad de su idea, trabajadores del Seguro Social increparon a José Luis y le exigieron que se retirara del lugar, por lo que teme por el bienestar de su negocio y, a su vez, por la comodidad de los usuarios, ya que ellos tampoco permitieran que lo removieran de la entrada del hospital.
"Les digo, déjenme trabajar, mientras esta fila desaparezca, ya desapareciendo, no hay ningún inconveniente de mi parte, me retiro, pero mientras exista, la misma gente me dice que no deje de venir, que les hacen falta muchos bancos", dijo José Luis Martínez, arrendador de los asientos.