Luego del cierre del Parque Braulio Fernández Aguirre en Ciudad Acuña la mañana del jueves por elementos de la Policía de Coahuila, para contener a la población migrante e invitarlos, según informaron, a ser trasladados a albergues o a sus lugares de origen, ciudadanos mexicanos y estadounidenses regresaron por la tarde para brindarles apoyo moral, comida, agua y ropa.
Como medida de presión de parte del Gobierno de Estados Unidos hacia las autoridades mexicanas para disminuir la población haitiana en la frontera, la administración norteamericana cerró el puente internacional, lo que provocó un gran impacto en la economía local.
Jesús Nuñez, nacido y radicado en Ciudad Acuña, trabaja en Del Río Texas, pero desde la semana pasada no pudo cruzar, que lejos de generarle una animadversión hacia los migrantes lo hizo solidarizarse con ellos.
"Yo sé, el trato también es difícil y más las imágenes que vemos de ellos, que estaban con los caballos maltratándolos y pues ahora también que las autoridades mexicanas están formadas a las orillas del Río, no los dejan pasar."
El espíritu solidario de las personas sobresalió aún más al convertirse en un acto de desobediencia civil, en respuesta al llamado del alcalde de Acuña Roberto de los Santos a su población.
"Él dio un comunicado que no viviéramos más a servir a esta comunidad de migrantes porque sino no iban a poder sacarlos de la ciudad."
La pastora Mireya García, quien organizó a su comunidad pata traer alimentos, víveres y cobijas consideró que las autoridades pudieron evitar la llegada de miles de haitianos y personas de otras nacionalidades a Ciudad Acuña por lo que es hipócrita que ahora quieran negarles asistencia.