El Gobierno de México permitió que la llegada de migrantes haitianos a la frontera con Estados Unidos por Ciudad Acuña se convirtiera en una crisis humanitaria pues no atendió a tiempo las necesidades de la población migrante y tuvo que ser la comunidad local, las organizaciones sociales y algunos ciudadanos estadounidenses quienes les procuraron ropa, comida y asistencia médica a miles de haitianos, salvadoreños, hondureños y hasta venezolanos que se encuentran varados en las orillas del Río Bravo informó el doctor Camilo Contreras, direcror del Colegio de la Frontera Norte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
El investigador recordó que hace dos años se vivió una situación similar en Piedras Negras, a donde llegaron cientos de centroamericanos; sin embargo, en aquella ocasión el Ejército Mexicano y las autoridades locales organizaron campamentos, comedores y asistieron a la población.
"En el 2019 la gente quería colaborar, pero ya estaba resuelto. Bueno aquí no, aquí el Estado estuvo ausente por muchos días."
El Colegio de la Frontera Norte del Conacyt formó un equipo de estudio para explicar el fenómeno migratorio sucedido en Acuña.