Construida en 1907 por el Doctor Alberto Álvarez García, la Casa Mudéjar lleva un 50 por ciento de avance en la restauración emprendida por el Ayuntamiento de Torreón, de acuerdo con el director de Servicios Administrativos Antonio Loera López.
Al momento, se han restaurado los techos con sus vigas de madera originales de 1907, se ha limpiado la cantera y se repusieron las piezas quebradas. Asimismo se ha rescatado la arcada de ladrillo del patio central de la casa.
La casa, ubicada en la calle Ildefonso Fuentes número 66, contaba con diferentes arcos lobulados, característicos de la arquitectura islámica, mismos que se encontraban obstruidos y han sido recuperados.
En un afán de respetar el estilo arquitectónico de aquella época, se consiguieron mosaicos para colocarlos en distintos espacios de la edificación. También se han replicado las puertas de la casa bajo el diseño original, verificado según las fotografías antiguas con las que cuenta el Archivo Municipal de Torreón.
En esta restauración colaboran el Archivo Municipal y la Dirección de Centro Histórico.
El inmueble histórico perteneció al Doctor Alberto Álvarez García, originario de Jalisco; quien realizó un recorrido por España y quedó deslumbrado por la arquitectura árabe.
Se propuso edificar en Torreón, una construcción cosmopolita, que reuniera las características del estilo mudéjar que le habían impresionado.
El doctor Álvarez estableció primero su consultorio en esta finca de dos pisos, en una época donde existía una economía boyante en Torreón.
Después funcionó como oficinas del registro Público de la Propiedad y el de Minería; fue papelería, librería con venta de artículos escolares, según lo constata el libro La Casa Mudéjar de Homero del Bosque Villarreal.
La construcción contaba con un zaguán en la parte baja. Terminando el zaguán se abría un patio en cuyo fondo había habitaciones para distintos usos, en el segundo piso había hasta seis cuartos cuya parte exterior, daba a un pasillo cubierto con alero de teja estilo andaluz.
La casa posee ventanas con arcos de herradura ornamentados, un pórtico con columnas en el acceso principal, cristalería de colores, azulejos en el interior. Tenía una recámara principal con un amplio balcón al frente.