Ciudadanía desconoce como utilizar y desechar cubrebocas

El uso del cubrebocas se ha generalizado por la pandemia del Covid-19; sin embargo, la mayoría de la ciudadanía desconoce cómo utilizarlo para disminuir el riesgo de contagio. Cristina Rosales, especialista en seguridad industrial y temas ambientales comentó que el cubrebocas ideal es el tipo N95, y advirtió a la ciudadanía no adquirir cubrebocas caseros que se venden en las calles. 

"Cuando ustedes los compren principalmente tiene que venir la numeración, aquí tenemos un KN95 que a final de cuentas cumple con las especificaciones de salud, ¿Por qué es importante que yo les diga esto? porque sí queremos ayudar a los emprendedores y a todos los que traen la onda del cubrebocas artesanal o sostenible o biodegradable, pero lamentablemente no nos sirve."  

Debido a que el costo de este tipo de cubrebocas se ha elevado hasta cinco veces, la opción más que accesible son los cubrebocas quirúrgicos de triple capa. Sin embargo, el tipo de material no garantiza su efectividad si no se usa correctamente y solo por el tiempo especificado. 

"Puedes utilizarlo hasta tres días si estas en un ambiente si está limpio, o sea que no hay tanto acumulación de otro tipo de metales así como el plomo que hay en ciertas empresas que sí se utiliza mucho o empresas donde hay mucha cal, ahí sí tiene que hacer uso de un día y adiós porque se impregna o si andas mucho en la calle que eres vendedor lo recomendaría nada más un día."

Al desecharlo, la recomendación es hacerlo en una bolsa aparte y sellarlo para evitar que pueda contaminar a quienes recolectan los residuos. 

Otra herramienta que se utiliza con mucha frecuencia son las bandejas sanitizantes; sin embargo las personas deben ser cuidadosos al comprar para elegir aquellos que sí previenen la propagación del virus. 

"Ahorita sí muchas personas están haciendo charolas de muy mal material que empiezas a poner los pies y encima las esponjas para que absorba y te limpie la suela y se quiebran de abajo y se empieza a salir." 

Para Cristina la seguridad personal y de las familias es una cuestión de práctica diaria que se volverá una costumbre que nos permitirá protegernos por hábito no solo del Covid-19 sino de otras enfermedades virales o basterianas.