La dura travesía de Yaqueisi en busca de un futuro mejor
Su mamá es maestra nivel seis, el máximo grado en Venezuela. Yaqueisi recuerda que cuando niña, en diciembre, no faltaba la mesa llena de comida y el pino de regalos, así como la "manita de gato" a la casa. Ella estudió enfermería con la intención de tener ingresos suficientes, como los de su madre, que le permitieran tener una buena calidad de vida, pero no fue así.
Todavía a finales de diciembre del año pasado, Yaqueisi recorría por los pasillos de un hospital en su natal Venezuela atendiendo a quien lo requería y haciendo lo posible con lo poco que había, para salvar vidas. Ganaba 10 dólares a la quincena, la situación se volvió insostenible por lo que tomó la decisión de migrar junto a su esposo y sus dos hijos, a los Estados Unidos. Recorrió siete países, en todos recibió un trato humano, excepto en uno, en México.
"Ser inmigrante no es fácil y en este caso quiero darles un mensaje a las personas de México en especial, porque creo que ha sido uno de los países más fuertes, para mí ha sido hasta más fuerte que la misma selva. Somos perseguidos, yo en mi vida he corrido tanto, yo me siento como que soy una delincuente y una de las cosas que todos nos hacemos la misma pregunta, ¿por qué? si aquí todo mundo sabe que vamos de paso", dice.
Yaqueisi viaja en grupo, como la mayoría de los migrantes. Lo hacen para sobrevivir, ya que en el trayecto se enfrentan a secuestros, extorsiones, violaciones y otros delitos impensables, perpetrados por la delincuencia organizada y las autoridades. En el caso de la Laguna identificaron a personal del Instituto Nacional de Migración, la Guardia Nacional y elementos de la Policía de Torreón y Gómez Palacio, como los principales agresores.
"Nosotros lo único que pedimos déjenos pasar, porque creo que la mayoría aquí habemos personas estudiadas, estudiantes muchachos de 18 años que apenas están comenzando la vida, nosotros somos seres humanos igual que ustedes, aquí en México creo que han vivido esto, ustedes han sido migrantes también", agrega.
El grupo viaja en tren, es el único medio de transporte por el cual pueden recorrer el país. Dice que para en los lugares más oscuros de donde, por lo general, salen maleantes para tratar de asaltarlos. Con piedras y palos se defienden. La experiencia del viaje en sí es aterradora.
"Para mi es lo peor, es fuerte, yo no sé ustedes más que nadie conoce el tren cuando nos montamos en el techo uno siente que? señor cúbreme con tu sangre en cada momento, permite que mi mamá... yo llegue con vida porque nosotros tenemos madres y padres que lloran".
Yaqueisi dice que jamás pensó que sería una inmigrante, en su niñez su vida estaba resuelta, pero la economía de su país se vino abajo. Aun así, no imaginaba dejar a su natal Venezuela, a sus amigos, a su familia, para buscar un futuro mejor. Sólo pide un trato humano con los migrantes, porque dice, nadie está exento.