En un paso crucial hacia la declaración de una nueva Área Natural Protegida (ANP), el investigador Francisco Valdés Perezgasga, miembro del Pro de Nazas A.C., reveló que diez ejidos han rechazado la medida de protección propuesta por las autoridades federales. Esta decisión, que ha generado preocupación entre los defensores de la conservación ambiental, se basa en la falta de información y en el resentimiento acumulado por promesas incumplidas.
Desde la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, el investigador Miguel Ángel Garza Martínez había advertido previamente que el estudio justificativo para la creación de la ANP debía ser socializado y presentado a la consideración de los 42 núcleos agrarios afectados. Esta medida, diseñada para prevenir expresiones de inconformidad, no ha sido suficiente para evitar el rechazo de algunas comunidades, que, en su mayoría, según Valdés Perezgasga, se basa en la desinformación.
El investigador y catedrático universitario destacó que la regulación propuesta no prohíbe actividades económicas ya existentes, como la agricultura, la ganadería y la minería. Sin embargo, establecería criterios para nuevos emprendimientos. A pesar de esto, la mayoría de las comunidades ya operaban bajo el esquema de áreas naturales protegidas, con excepción de las pertenecientes a Cuencamé y Nazas.
Valdés Perezgasga lamentó que el decreto federal, programado para el 12 y 13 de diciembre, no se haya emitido debido al voto en contra de comunidades que, en su mayoría, lo hicieron por desconocimiento o como represalia por promesas incumplidas. Algunas comunidades, según declaró, temen que la medida restrinja sus actividades productivas, una creencia que calificó como falsa.
En palabras de Valdés Perezgasga: "Y en otros ejidos era porque: Como el gobierno no nos ha respondido con lo que nos prometió con Agua Saludable, pues ahora nos vamos a desquitar diciendo que no al área natural protegida y yo creo que están mal en ambos casos".
El investigador aclaró que la actividad económica dentro de la zona protegida no afectaría el uso ni la tenencia de la tierra. Además, señaló que las comunidades tendrían acceso a subvenciones adicionales del gobierno federal, ampliando sus oportunidades de ingreso y productividad.
Ante el rechazo de algunas comunidades, Valdés Perezgasga indicó que el siguiente paso es un retraso en la emisión del decreto. Sin embargo, los miembros de Prodenazas y otros interesados en la creación de la ANP se han ofrecido para colaborar con el gobierno federal en la tarea de convencer a las comunidades y explicarles los beneficios de la medida.
A pesar de estos desafíos, es fundamental recordar la importancia de la conservación de espacios naturales como el Cañón de Fernández y la Sierra del Sarnoso. La sobreexplotación de recursos forestales, minerales e hídricos, junto con la amenaza de la industria extractiva y productores agropecuarios, ha motivado la lucha sostenida durante muchos años para preservar estos ecosistemas.
Solo mediante la colaboración y un plan de manejo sustentable, junto con una administración honesta, se podrán mantener los beneficios ambientales de estos espacios y garantizar su legado a las próximas generaciones. La creación de la nueva Área Natural Protegida se presenta como un paso fundamental en esta dirección, pero la superación de los desafíos actuales requerirá un esfuerzo conjunto de todas las partes involucradas.