La difusión de la llamada narcocultura a través series, películas, canciones ha sido señalada como la responsable del aumento de conductas violentas en la sociedad, principalmente entre la niñez, infancias y adolescencias.
Sin embargo, especialistas advierten que si bien puede influir en la percepción y comportamiento, su impacto es mayor cuando fallan los principales entornos de formación: la familia, la escuela y la comunidad.
"Entonces, todo este tipo de contenido violento que vende tanto también como bienestar económico, pues le puede resultar atractivo a muchos jóvenes, a muchos adolescentes y sí se dan como estas réplicas del contenido que observan. Entonces, sí influye, ¿por qué? Porque el cerebro se alimenta de todo lo que escucha, de todo lo que ve, de todo lo que le rodea", explicó Marimar Centeno, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Los entornos familiar, escolar y social, son pilares fundamentales para evitar que cualquier contenido donde se haga apología de la violencia, influya en su réplica en las infancias, adolescencias y juventudes.
"Creo que, si estas instituciones que mencionábamos acompañan al joven, pues de alguna otra manera lo que consuma se va a quedar en la anécdota. No creo que porque se consuma necesariamente va a generar condiciones de violencia", dijo Fernando Araujo, sociólogo y docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, de la UA de C".
La participación activa de padres y madres en la vida de hijos e hijas es fundamental para su desarrollo integral. Sin embargo, las largas jornadas laborales y la precariedad salarial suelen limitar el tiempo y la atención que pueden brindarles. Ante esta realidad, es crucial que el sector privado asuma un rol más comprometido, promoviendo políticas laborales que favorezcan la conciliación entre el trabajo y la vida familiar.
"Estamos en un tema eh coyuntural sobre la reducción de la jornada laboral. Creo que ese tipo de estrategias que pudieran parecer pues más de en un sentido económico en cierta medida se piensa en proteger la institución de las familias", agregó el sociólogo.
Los especialistas advierten que, cuando el entorno familiar, escolar o social es violento, las infancias y adolescencias tienen un alto riesgo de convertirse en víctimas o replicar estas conductas como agresores. Por ello, hacen un llamado urgente a la sociedad en su conjunto para prevenir la violencia y construir espacios seguros que fomenten el respeto, la empatía y el bienestar de las nuevas generaciones.