En 1998, se detectaron al menos mil recién nacidos con altos niveles de plomo y otros minerales en la sangre. La causa: la contaminación de la fundición de metales en Peñoles, compañía que sigue en la colonia Luis Echeverría. Este año, se cumplen 24 años, en donde se estima que, hasta 20 mil personas, contando hombres y mujeres embarazadas, resultaron afectadas. Eva Mendiola, madre de cuatro niños damnificados, dijo que desde el 2004 el apoyo médico gubernamental y de la empresa cesó.
"Logramos que se baje la norma, no se quedaban los niños porque la porque la norma que estaba en ese tiempo no lo permitía. Lo que nosotros peleamos es que siguieran continuando con la atención con los muestreos y todo lo que se hacía", declaró la madre afecta y presidenta de la Asociación Una Luz de Esperanza.
Otras adversidades sociales como la ola de inseguridad y la pandemia invisibilizaron la situación.
"Los casos de los pacientes con daño renales surgieron hace aproximadamente siete años seis años este y surgieron de la nada empezaron a surgir de la nada, los niños, aquí el problema es que los niños están naciendo, se están contaminando", añadió.
La calidad de vida de una persona contaminada con metales en la sangre no es igual que la común. Los efectos de esa intoxicación aparecieron después de 20 años. Se estima que de los mil recién nacidos contaminados, solo siguen vivos el 25 por ciento.
"Es muy importante diagnosticar el daño renal cuando los niños que fueron envenenados por plomo pudieran verse aparentemente sanos, pero ya tener un daño renal que solamente se puede diagnosticar a través de exámenes de laboratorio", explicó el doctor José Manuel Velasco Gutiérrez, uno de los médicos pediatras que detectó los casos.
La asociación Una Luz de Esperanza está en una primera fase para reunir a todas las víctimas de aquel entonces. La intención es que continúen los tratamientos de manera gratuita en conjunto con la empresa y las autoridades sanitarias de Coahuila.
Quienes sean víctimas o familiares de las mismas, pueden mandar o llamar a Eva Mendiola al teléfono 871 410 2656
Aún queda buscar justicia y no olvidar la memoria histórica de nuestra ciudad