En el estado de Coahuila actualmente existen 56 pozos donde se ha empleado la técnica del fracking, proceso en donde la superficie terrestre es taladrada y se inyecta fluido a una presión elevada para provocar la ruptura de las rocas denominadas como lutitas bituminosas y así lograr extraer hidrocarburos.
Algunos expertos aseguran que dicha técnica trae como consecuencia importantes impactos al medio ambiente y a la salud, debido a la cantidad de agua y químicos que son empleados. Cada pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua, así como una mezcla de 970 químicos.
Algunas de las consecuencias son los sismos, segùn señaló la Secretaría de Medio Ambiente, tras el análisis de este tipo de sucesos durante los años 2011 y 2012 en el Estado de Nuevo León, donde se registró un aumento del 4 mil 800 por ciento. Además en Coahuila también se percibió el aumento de tres hasta 17 sismos de 2014 a 2014.
Pese a que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha mostrado su desaprobación a esta práctica, la ley de hidrocarburos lo continúa permitiendo.