En las próximas semanas, la Universidad Autónoma de Coahuila (UADEC) verá el cambio de rector, pero lo que debería ser un proceso de transición normal ha desencadenado un malestar significativo entre la comunidad estudiantil.
Salvador Hernández Vélez, actual rector, entregaría la estafeta a Óscar Pimentel, quien llegará como candidato único, una práctica que evoca los tiempos del México del Siglo XX. Esto ha generado críticas y descontento, especialmente entre los estudiantes, quienes cuestionan la supuesta autonomía de la institución.
Sebastián López, estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UADEC, expresó su preocupación: "Él es sobrino del secretario de gobierno del estado de Coahuila, considerando los antecedentes, la mayoría de los rectores han tenido nexos con el PRI, creemos que es una muestra de imposición ante nuestra universidad autónoma".
La conexión de Pimentel con el PRI y las denuncias por violencia de género han aumentado la tensión en el campus. Manolo Jiménez, gobernador de Coahuila, no ha disipado las sospechas al mencionar: "Nos daría mucho gusto que se incorpore al gobierno del estado para que nos apoye en temas de educación, señor rector".
Las protestas ya han comenzado, documentándose agresiones contra estudiantes en Saltillo que se manifestaron pacíficamente. En Torreón, un grupo bloqueó el bulevar Revolución en protesta.
Sebastián López enfatizó la falta de democracia en el proceso: "Se supone que por medio de elecciones debemos elegir a nuestro rector, cosa que pasa simuladamente, porque si nos imponen un candidato único con nexos tan fuertes con los factores políticos del estado, es una fuerza que no podemos combatir por la vía democrática".
Este malestar estudiantil resalta un problema más profundo: la percepción de la falta de autonomía real de la universidad. Los rectores históricamente han sido vistos como aliados del PRI, más que líderes elegidos democráticamente. La imposición de Pimentel es solo la punta del iceberg; la institución enfrenta tiempos de crisis tanto financiera como políticamente.
La UADEC está en el centro de una controversia que pone de manifiesto la necesidad de un cambio genuino en la forma en que se elige y se gobierna la universidad. La comunidad estudiantil ha despertado, exigiendo transparencia y un compromiso real con la autonomía universitaria.