Más de 300 caretas hechas en casa han repartido un grupo de jubiladas del Instituto Mexicano del Seguro Social en Torreón al personal de enfermería activo para protegerse del contagio del Covid-19.
Esperanza Alemán, quien trabajó en el IMSS durante 27 años y en el ISSSTE tres años, conoce de primera mano las necesidades del personal de salud, por lo que empezó esta labor con un grupo de alrededor de nueve jubiladas que aportan dinero o su tiempo a este trabajo.
"Pues desgraciadamente no contamos siempre con el insumo suficiente para una contingencia de este tamaño que es tan grave, entonces sí se tienen recursos pero no es suficiente, imposible dotar a todo el personal. Entonces una aportación pequeña de nosotros en caretas pues es muy importante."
El trabajo de Esperanza no solo es una aportación para prevenir el contagio entre los trabajadores de la salud, sino un mensaje de apoyo y solidaridad en momentos en que los enfermeros y médicos han sido víctima de agresiones.
"Nos da mucha tristeza que la gente sea tan ignorante, que no valore el trabajo de la enfermera o del médico que es muy importante todo lo que aportamos nosotros pues ojalá que la gente tenga más conciencia de quienes les están brindando el apoyo y la salud."
Esperanza recordó lo que se vivió en 2009 cuando México fue el epicentro de la epidemia de la influenza AH1N1.
"En ese tiempo nos tocó recibir a los primero pacientes que llegaron a la Comarca Lagunera con esa enfermedad de la AH1N1 y desconocíamos por completo el manejo y los diagnósticos porque no te llegan los pacientes con el diagnóstico como tal, es una influenza y no nos decían que era la AH1N1. Recibimos pacientes, los tratamos, los manejamos. Después tuvimos que ser tratados con medicamentos, el oseltamivir, obligatorio para todos los que atendimos a un paciente; pero como que nos falta mucha información. En ese tiempo si hubo más aportación del Gobierno de insumos y de todo eso, no se vivió lo de hoy."
Las caretas se han repartido al personal de triage, urgencias, y terapia intensiva de las clínicas 16, 18 y la Unidad Médica de Alta Especialidad número 71, del Instituto Mexicano del Seguro Social.
En cinco minutos Esperanza, con el apoyo de su esposo, y de sus compañeras que colaboran con recursos o trabajo, convierte un pedazo de acetato, elástico y esponja, en una careta que, en teoría debe usarse uno por paciente, pero ante la circunstancias y la necesidad, se vuelven una herramienta que puede salvar la vida, de quienes con dedicación y esfuerzo se encuentran en la primera línea de combate al Covid-19.