La Historia de Dani Puerto: Un Migrante Hondureño en Busca de Esperanza
A sus 49 años, Dani Puerto se vio obligado a abandonar su país tras perder su hogar y pertenencias en la reciente inundación en Honduras. La difícil situación lo llevó a emprender un viaje lleno de desafíos en busca de un mejor futuro.
Un Viaje Lleno de Riesgos
El camino para los migrantes está repleto de obstáculos, desde recorrer miles de kilómetros hasta enfrentar la inseguridad, las condiciones climáticas extremas y las constantes persecuciones de las autoridades.
Dani Puerto / Migrante hondureño:
"Recorrimos caminando, a veces en combi, a veces sin comer, sin tener agua. Una culebra los puede picar, matamos como 8 víboras, picó a una señora. No sé si la señora se murió. Nosotros nos venimos porque el camino es de cada quien. Ella venía con otra gente, pero era una culebra de cascabel. A saber si la doña murió."
Los migrantes enfrentan deshidratación en verano por las largas caminatas bajo el sol y, en invierno, las bajas temperaturas provocan resequedad en manos y rostro. Además, viajar en tren representa un peligro constante.
Dani Puerto / Migrante hondureño:
"Me caí del tren y me golpeé la rodilla, todavía ando dolido. Pero bueno, no me quería quedar atrás, sigo adelante."
La Ayuda en el Camino
A pesar de los riesgos y la discriminación en algunos lugares, los migrantes encuentran apoyo de personas solidarias a lo largo de su travesía. Estos "ángeles", como los llaman, les brindan un respiro para continuar.
Dani Puerto / Migrante hondureño:
"La gente que está en las orillas de las casas nos trata muy bien. Nos regalan agua, comida y nos dicen: 'Muchachos, que Dios los bendiga, sigan adelante.'"
Festividades en el Camino
En una época del año donde las familias suelen reunirse para celebrar, los migrantes no tienen más opción que compartir estas fechas con sus compañeros de travesía, unidos por un objetivo común: encontrar mejores condiciones de vida.