La veneración a la Virgen de Guadalupe se manifiesta de diversas formas en todo el país, pero en la Laguna las peregrinaciones, las danzas y la reliquia son expresiones con una huella indeleble en la memoria de quienes habitan la región.
A decir del párroco de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, René Pérez, prevalece la afirmación de "somos más guadalupanos que católicos", y sin ánimo de debatir a fondo el argumento, asegura entender dicho sentir pues la figura de la Virgen de Guadalupe trasciende el aspecto de la fe o el credo, tomando una dimensión religiosa que involucra cultura, tradiciones y costumbres.
"Y la Virgen de Guadalupe camina con la historia de México. Es un tema cristiano, religioso, pero nos aglutina; es decir, el signo de la virgen de Guadalupe ha estado en distintos ambientes, incluso hasta históricos, políticos y demás, hay algo que le da identidad".
Coincide con esta afirmación, el sociólogo y catedrático Fernando Araujo, quien señala que se trata de una historia que ronda los 500 años, que impactó de manera duradera la dinámica cultural del pueblo mexicano, pues antes de serlo, ya era guadalupano.
"Que la Virgen de Guadalupe, más allá de ser un símbolo religioso, también es un símbolo cultural, a la cual la mayoría de los mexicanos le llama Madre".
Es en este contexto que la celebración, el 12 de diciembre, cuando se celebra la revelación de la virgen a los mexicanos, a través de la tilma de Juan Diego, adquiere un carácter de fiesta nacional, más allá del calendario oficial.
Y en Torreón, la ciudad vibra por espacio de 22 días al son de la danza y la tambora, con un río multicolor de humanidad que peregrina hacia el templo de la virgen morena para darle gracias por sus bendiciones, para cantarle las mañanitas y contribuir a perpetuar la identidad y cultura mexicana.
La primera peregrinación hacia la iglesia de Guadalupe data de 1944, contando con 2 mil participantes, la mayor parte obreros, a la fecha se calcula, de acuerdo a los conteos del padre René Pérez, que la cifra de peregrinos ronda entre 130 mil y 150 mil por año.
"La peregrinación significa justamente el caminar como pueblo, como hermanos, y hoy que estamos en un tiempo de la iglesia que se llama sinodalidad, que significa caminar juntos, un término griego, pues nos suena a eso: hace falta que los mexicanos nos sintamos hermanos".
De esta manera, la tradición se mantiene viva, la fe persiste y el sentido de pertenencia a una nación protegida por una madre mariana de rasgos indígenas continúa siendo el legado de una generación tras otra, que se replica a todo lo largo y ancho del país, y muy probablemente, en donde haya siquiera un mexicano.