Siendo una región tan joven, que no completa ni cinco generaciones de nativos con vida, la Comarca Lagunera, a base de esfuerzo, ha logrado consolidar algunos agentes identitarios que le da arraigo a las personas que fueron concebidas en esta tierra.
El lenguaje, los modismos, las expresiones, la comida, las calles y las tradiciones forman un bloque sólido que le da uniformidad a la concepción del lagunero.
El lenguaje, uno de los elementos más importantes, incluso ya tiene sus variantes, mismas que son identificadas por personas que radican en la Comarca, pero que nacieron en otro lugar.
A punto de cumplir 112 años de historia, Torreón, gracias a la llegada de familias de países como España, Líbano, Palestina, Francia, Grecia, Alemania y China, principalmente, forjó una sociedad trabajadora y emprendedora que, gracias a la generosidad de esta calurosa tierra, dejaron como legado monumentos y esculturas que adornan las calles de la ciudad, tal es el caso del Cristóbal Colón ubicado en la Calzada que lleva el mismo nombre.
Los mismos ciudadanos que recorren las calles de la ciudad, identifican como suyos diversos monumentos que le han dado prestigio y nombre a una región que en el Siglo XIX no era más que una villa con una población más pequeña que un grano de sal en el océano.
Sin embargo, a pesar de los numerosos monumentos, esculturas y lugares que le dan identidad a esta joven región, existe la plena conciencia que ésta podría perderse si no se imprime un fuerte de difusión y respeto a través de la sociedad civil y grupos organizados, tal es el caso de Lagunízate, un esfuerzo que busca rescatar los elementos que le dan un valor agregado a esta tierra.
Narrar, divulgar y dar a conocer la historia de los monumentos que adornan las calles de la ciudad, es un camino que ayudará a entender mejor a la región y, con ello, el origen y la mentalidad de los laguneros.