Este miércoles 30 de junio Netflix estrenó la serie «Somos», una historia dramática que retrata la masacre de Allende, Coahuila, en donde se calcula que el Cártel de los Zetas desapareció a alrededor de 300 personas.
El hecho más violento que se haya recordado en la historia del estado ocurrió en marzo de 2011, justo cuando participaba como gobernador interino Jorge Torres López, hoy sentenciado en Estados Unidos por el delito de lavado de dinero.
«Somos», de acuerdo con su guionista, Monika Revilla, es una historia centrada en la vida de las personas que habitaban en el pequeño municipio de la zona fronteriza de Coahuila.
A lo largo de seis capítulos, la mini serie retrata cómo se vivía en el municipio antes de que los Zetas perpetraran la masacre que se extendió por varios municipios como Piedras Negras y Nava.
Allende es un municipio coahuilense que apenas supera los 50 mil habitantes y que está a escasos kilómetros de la frontera con Estados Unidos.
La producción de Netflix, está basada, entre otros documentos, en una investigación periodística realizada por Ginger Thompson, misma que obtuvo el premio Pullitzer en 2017.
De acuerdo con el reportaje, la masacre del Cártel de Los Zetas fue provocada por la filtración de información sensible que se le fue de las manos a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos. Por ello, la organización criminal optó por cobrar venganza contra los habitantes de la zona.
Una investigación de los académicos Jacobo Dayán y Sergio Aguayo, llamada «El Yugo Zeta», también explica que la masacre, en realidad, duró casi dos semanas y que la cifra de personas asesinadas y desaparecidas aún no es precisa.
El relato de la historia indica que, en marzo de 2011, se recibieron un sinfín de llamadas al 911 desde Piedras Negras, Allende y otros municipios, para reportar incendios en lotes baldíos. Los bomberos, en primera instancia, apagaban el fuego y, al cabo de las horas, los siniestros, que presuntamente eran provocados, volvían a iniciar.
Producto de la Masacre que recién cumplió diez años, el Estado Mexicano, ya durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ofreció una disculpa pública, sin embargo, aún restan muchas dudas por resolver y los principales responsables de la ola de violencia y muerte continúan gozando de total impunidad.