A partir del Conversatorio "La Infancia Violentada", organizaciones de la sociedad civil, ciudadanos y ludotecas diseñarán brigadas a favor de la infancia centradas en el reconocimiento de los derechos de los niños. Raúl Alejandro Esparza, representante de Casita de Artes y Juegos Iguamira, consideró que una de las causas de la violencia en la infancia consiste en que se han relegado a los niños de los espacios de decisión o se les ha negado sistemáticamente expresarse sobre los problemas de su población.
"A partir de atender estas necesidades de la infancia, de atender y sobre todo de eso se trata mucho este conversatorio, aprender a hacer valer los derechos de los menores podríamos no sólo reaccionar a los eventos específicos de violencia directa sino a la violencia cultural y emocional que nos lleva a no atenderlos a no considerarlos como sujetos de derechos."
La falta de atención a los niños es una práctica común de los padres, quienes de manera consciente o no han abandonado su rol como formador de sus hijos y se los ha concedido a dispositivos electrónicos, medios de comunicación u otras figuras de la sociedad.
"Cada vez son más atendidos por sus abuelos, sus abuelas en lugar de por sus padres y esto tiene que ver por supuesto por la disponibilidad de tiempo que tiene, por los trabajos, pero también porque los menores son así como destinados a que los adultos mayores los cuiden, al parecer como si el adulto o el padre, la madre no se sintiera capaz de ejecutar esa crianza."
Al menos en el caso del niño José Ángel, quien atentó contra maestros y compañeros del Colegio Cervantes, se cumplen los escenarios tratados en el conversatorio como la formación por parte de los abuelos y no de sus padres y el abandono recompensado o sustituído por medios electrónicos de entretenimiento.