¿Por qué regalar flores amarillas el 21 de marzo? Descúbrelo

Cada 21 de marzo, regalar flores amarillas se ha convertido en una tradición que simboliza amor, felicidad y esperanza.

Esta costumbre, que ha cobrado fuerza en redes sociales y en las calles, tiene su origen en la telenovela argentina Floricienta (2004), donde la protagonista asocia estas flores con el amor verdadero.

Desde entonces, millones de personas han adoptado este gesto como una expresión de cariño no solo en el ámbito romántico, sino también hacia amistades y seres queridos.

El inicio de la primavera en el hemisferio norte también refuerza el simbolismo de las flores amarillas. Esta estación, relacionada con el renacer y la fertilidad, convierte a estos ramos en un símbolo de optimismo y buenos deseos. Su color, asociado con la luz y la prosperidad, refleja la alegría y energía de la temporada, haciendo de este obsequio una manera especial de transmitir sentimientos positivos.

Más allá de su origen en la televisión, el significado del color amarillo tiene raíces profundas en diversas culturas. En China, por ejemplo, se asocia con la realeza, la buena fortuna y la abundancia. En otros países, representa el optimismo, la calidez y la energía positiva. Regalar flores amarillas se ha convertido en una forma universal de desear éxito y bienestar a quienes las reciben.

Lo que comenzó como una escena en una telenovela ha trascendido fronteras y ahora es una tendencia global. En redes sociales, usuarios de diferentes países comparten imágenes y videos con la canción Flores Amarillas como fondo, consolidando aún más esta tradición que ya forma parte de la cultura popular.

Curiosamente, no solo el 21 de marzo es un día especial para esta práctica. En el hemisferio sur, donde la primavera comienza el 21 de septiembre, también se ha adoptado esta costumbre, reforzando la idea de que el gesto no conoce límites geográficos.

Cada año, más personas se suman a esta celebración, llenando de color y significado un día que invita a compartir amor y esperanza. Así, regalar flores amarillas se mantiene como un recordatorio de que los pequeños detalles pueden iluminar el día de alguien más.