En esta entrevista, el Dr. Óscar Hernández, médico internista y experto en urgencias médicas, desmitifica el temor asociado a la hepatitis. Aunque la preocupación pública es comprensible, el Dr. Hernández aclara que la hepatitis no representa una amenaza a la escala de una pandemia como la vivida con el COVID-19.
La hepatitis, especialmente la hepatitis A, es menos común de lo que se percibe y suele curarse por sí sola con reposo y medidas generales, como la abstención de alcohol. Sin embargo, la hepatitis B presenta un panorama diferente, siendo transmitida principalmente a través de la sangre, relaciones sexuales y contacto con fluidos corporales infectados. Aunque la transmisión por transfusiones de sangre es rara gracias a medidas de seguridad mejoradas, los usuarios de drogas intravenosas siguen en riesgo.
El diagnóstico precoz es fundamental. Los síntomas como fatiga extrema y coloración amarillenta de la piel deben ser evaluados por un médico. Pruebas sencillas de sangre y ultrasonidos hepáticos ayudan en la detección temprana y diferenciación entre los tipos de hepatitis. Mientras que la hepatitis A tiende a ser aguda y autolimitada, la hepatitis B puede volverse crónica, aumentando el riesgo de cirrosis hepática y cáncer.
El Dr. Hernández destaca la importancia de buscar atención médica ante cualquier sospecha de hepatitis, ya que el diagnóstico temprano puede influir significativamente en el pronóstico y tratamiento. Además, resalta la necesidad de conciencia pública sobre la enfermedad y la importancia de seguir prácticas de higiene, especialmente después de la pandemia de COVID-19.