El algodón, la sandía y el melón, productos tradicionales e icónicos de la agricultura lagunera se han visto afectados por la emergencia sanitaria del Covid-19 y por las políticas en este rubro del Gobierno Federal.
José Natividad Navarro, representante del sector agrícola popular, dijo que en el caso del algodón, el Gobierno Federal dejó de apoyar a los productores en la compra de coberturas que aseguraba que aunque el precio internacional de la paca de algodón bajara, los productores recibirían el monto acordado en la cobertura. Además, señaló que las autoridades también fungían como intermediarios.
"En otros tiempos cuando no había quien nos comprara el algodón y caíamos en cartera vencida, acudíamos al Gobierno Federal y le decíamos oye dile a las textileras que nos compren porque tú cómo Gobierno Federal apoyas a la Industria Textil como apoyas a los productores de algodón; entonces haz un papel como de mediador y dile yo te presto para que produzca tela y yo te presto para que produzca algodón. Entonces comprale a él, porque él me debe dinero a mí."
El representante campesino señaló que la industria textil requiere de dos millones de pacas de algodón, de los cuales el campo mexicano puede proporcionar de 800 mil a un millón de pacas; sin embargo, los productores prefieren importar algodón extranjero ya que cuesta cuatro mil pesos la paca y el mexicano seis mil 300.
En el caso del melón y la sandía, que se produce en Matamoros y Viesca, aunque se lograron colocar la mayor parte de la producción con compradores foráneos, la venta sí disminuyó al igual que el flujo de personas que compran melón en las carreteras y cruceros de la Zona Metropolitana de La Laguna.
"No sé, a lo mejor el flujo un 20 por ciento, pero cuando existen este tipo de compradores que van y que compran todo a como este para venir a venderlo a los cruceros, también a veces son necesarios y es ahí cuando se compensa una cosa con la otra."
En cuanto al ciclo agrícola 2020, se autorizaron 900 millones de metros cúbicos de agua del sistema de presas, para el riego de más de 57 mil hectáreas; ocho mil hectáreas menos que el ciclo agrícola de 2019 cuando el volumen autorizado fue de mil 100 millones de metros cúbicos.