Provistos de cascos de seguridad e instruidos sobre las reglas de ingreso al sitio donde se edifica el nuevo Hospital General de Alta Especialidad del ISSSTE en Torreón, la mayoría de los participantes en la supervisión de la obra y en la rueda de prensa que prosiguió, no pudieron menos que sonreir al ver a la distancia, entre los rudos trabajadores de la construcción a un pequeño perro negro que se paseaba por el espacio vedado para la mayoría de los presentes.
¿El motivo? que el can portaba cómoda y orgullosamente su chaleco anaranjado de seguridad, resultado de un presumible gesto de humor pero también con la intención de hacerlo visible en un espacio de trabajo que conlleva riesgos.
La interrogante es ¿qué pasa cuando en un centro de trabajo se acepta a un perro y qué recomiendan los expertos?
La médico veterinaria Elizabeth Ugarte, del Centro de Control Canino de Torreón, aconseja que incluso en esas situaciones, semejantes a las de un perrito comunitario, algunos de los trabajadores se ocupen en aplicarles sus vacunas, esterilizarlos y, sobre todo, considerar que si se trata de trabajos u obras eventuales alguien se haga responsables de ellos para evitar dejarles posteriormente en el abandono y triste.
"Y a lo mejor, en lo que dura esa obra pueda alguno de ellos adoptarlo", compartió.