Jornadas de hasta 36 horas, son el día a día de un doctor residente en el país. En otros términos más simplificados, un residente es un estudiante de posgrado y también trabajador. Sin embargo, a pesar de que firman un contrato no tienen las mismas condiciones laborales que otros doctores. Además de recibir al menos siete mil pesos por quincena, tampoco le es posible cubrir sus necesidades básicas, como lo son comer, dormir y hasta hacer del baño. Compartimos un testimonio.
"En un día que se le denomina guardia inicia a las seis de la mañana y termina pues hasta las generalmente siete u ocho de la noche pero del día siguiente. Entonces pues se acumulan más de 24 horas, 36 de trabajo continuo. No se nos daba ningún equipo de protección. Invertíamos en nuestra propia protección personal. El peligro más fuerte era atendiendo a los pacientes que se supone no tenían covid y que a la mera hora sí tenían", declaró el residente.
Durante la pandemia, las condiciones de trabajo de los residentes empeoraron. El gobierno no proporcionaba el equipo básico necesario para combatir la pandemia. Dejando desprotegidos a su población médica y por ende, a la ciudadanía
Al no tener buenas condiciones de trabajo, el personal de los hospitales es susceptible a cometer errores, lo cuales terminan acabando en negligencia médica. Los residentes, además de pedir condiciones de trabajo más razonables, así como atención psiquiátrica y psicológica, necesidad que se ha vuelto cada vez más indispensable al tener que lidiar con muertes a diario, la presión de salvar vidas y por supuesto, condiciones inhumanas de trabajo.