Se cumplen ocho décadas ininterrumpidas de fe y devoción, en los que las y los torreonenses celebran su fervor guadalupano con una participación masiva y una profunda conexión histórica y espiritual a través de las ya tradicionales peregrinaciones.
Se trata de uno de los eventos religiosos más significativos de la fe católica que inicia el 7 de noviembre, Día del Ferrocarrilero.
Posteriormente este domingo se lleva a cabo la bendición de las danzas, tradición que inició hace 29 años y en donde este año se reunieron 153 grupos de las danzas: Matlachín, Azteca y de Pluma.
La tradición de las peregrinaciones a la Virgen de Guadalupe comenzó en 1944 como una iniciativa de los trabajadores, quienes, motivados por un sacerdote claretiano, unieron su gratitud laboral con su fe católica. Desde entonces, la práctica se ha fortalecido, atrayendo a miles de fieles cada año y convirtiéndose en una expresión cultural y religiosa característica de la región.
Historia y evolución
El templo de la Virgen de Guadalupe, consagrado hace 123 años, fue elevado a la categoría de parroquia y rápidamente se convirtió en el epicentro de la devoción popular en la ciudad. Coincidiendo con la coronación de la Virgen, esta tradición comenzó a tomar forma con danzas ancestrales que representan un sincretismo cultural y religioso profundamente arraigado.
En la actualidad, esta festividad ha evolucionado, extendiendo su duración a 24 días debido al creciente número de contingentes. De las peregrinaciones que inicialmente iniciaban en diciembre, ahora se adelantan hasta noviembre, culminando con un despliegue impresionante de danzas y peregrinos que suman aproximadamente 150,000 personas.