Era un estudiante modelo, incluso se graduó con honores, pero una mala decisión lo llevó a vivir en un infierno, a él y a su familia. Decidió probar el cristal y desde entonces su vida ya no fue la misma. José, como le llamaremos para no exponer su identidad, narra lo que vivió después de que probara la sustancia para adelgazar, una de la más adictivas en estos momentos, y lo hace para hacer el llamado de todas las personas a no cometer su mismo error.
Yo trabajaba en una tienda de deportes. En aquel entonces, tenía sobrepeso, algunos kilos de más y en esta tienda me dijeron que, bueno, era gerente de la tienda, pero si quería ascender en la empresa, pues tenía que tener un perfil más sport. Para adelgazar yo empiezo a consumir cristal. Eso fue, ya te hablo, a finales del 2019, principios del 2020, y eso me generó a la postre que me terminaron despidiendo de la empresa porque ya no estaba dando el ancho, simplemente. Mi despido pasa justo cuando estaba la pandemia. Ahí fue donde caí. Llego a mi casa despedido, estaba deprimido, con una droga que estaba conociendo y que le estaba encontrando el gusto; terminé pesando 70 kilos, súper flaco, súper delgado, empecé a vender todas mis cosas, empecé a robarle a mi mamá para comprar droga, empecé a prostituirme incluso. Haber crecido con tantas carencias emocionales, haber crecido con una familia disfuncional a la larga me hizo cargar un peso que no era mío y perdí todo, perdí mi trabajo perdí mi familia perdí todo, o sea, caí en una relación tóxica. Una de las cosas que más me puede es haberle hecho daño a mi mamá. Ella de rodillas me pedía, -hijo, ya por favor- y ese daño que le hice a mi madre nunca se me va a quitar y nunca lo voy a poder solucionar con nada.
A mí, mi familia me anexó, pero no te lo voy a negar, no funcionó porque cuando entré rehabilitación fui en contra de mi voluntad. Normalmente los programas que se utilizan dentro de los anexos son programas diseñados para gente que ya se cansó de sufrir; entonces, esa persona que se droga y lo llevan a un anexo en contra de su voluntad, lo están obligando a cansarse de sufrir y todavía no toca un fondo de sufrimiento. Yo toqué ese fondo cuando un día me agarraron unos policías y me golpearon hasta que se cansaron, me quitaron mi celular, me quitaron dinero, me quitaron todo, yo dejé de drogarme justo en ese momento porque valoré mi vida.
Ahorita estoy, pues, retomando mi vida, retomando mis sueños. No es fácil, no es fácil, te soy sincero, voy a un grupo que es el que me ayuda, pero ahorita valoro mi vida como la tengo y doy gracias a Dios, él me ha dado todo multiplicado, pero te repito no es fácil, ¿por qué? porque las ganas siempre van a estar, pero de mí depende solo por hoy ir en contra de mis deseos y hacer lo que lo que tengo que hacer que es darle sentido a mi vida.
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