Tiene 22 años pagando una casa "fantasma"

Desde hace 22 años, Mario Alberto Pérez González le paga al Infonavit una casa que no aparece en el Registro Público de la Propiedad, ni en Catastro y que además se encuentra invadida.

Todo comenzó en 2002 cuando Mario adquiere su casa con la constructora Desarrollos Urbanos Rime. Tras llevar a cabo la tramitología le hacen la entrega de la vivienda marcada con en el Número 412 de la cerrada San Fermín, en fraccionamiento Miravalle, de Gómez Palacio. La habita por cuatro años y posteriormente la renta. Sin embargo, sus inquilinos la dejan sin avisarle y cuando regresa la casa está invadida. Ahí empieza su viacrucis.

"Voy a la Fiscalía, le habló a la policía para que me ayuden a sacarlos en ese momento, pero la policía estaba junto con ellos", contó Mario.

Ahí le dijeron que la presidencia municipal hizo la venta, por lo que se traslada hasta el edificio en donde niegan la venta. Acude a la Vicefiscalía de Justicia Región Laguna para interponer la denuncia, pero le solicitan la carta de no gravamen.

"Pero voy al Registro de la Propiedad y resulta que no aparezco registrado, o sea, no, ni en los libros ni en nada, entonces este yo me voy otra vez a la Fiscalía y les comento eso y me dicen que tengo que ir al a Infonavit".

En el Infonavit lo envían a la notaría pública donde firmó escrituras, siendo la Número 3 con sede en Gómez Palacio y del expresidente municipal, Octaviano Rendón Arce, a donde acude varias veces, pero nunca lo recibe. También va a Catastro por el comprobante del predial y aunque logran ubicar su casa por imagen satelital, le dicen que ese predio está registrado a nombre de otra persona y tiene el número 436.

"Estoy pagando una casa fantasma, o sea, no, no tengo nada, pues no tengo nada, pero el estado de cuentas sigue corriendo", señala.

Mario solicitó al Infonavit la suspensión de los pagos, pero le informaron que no era posible. En la Vicefiscalía le sugirieron como último recurso interponer una demanda civil contra el notario y el Infonavit para intentar recuperar la casa que desde hace 22 años paga y que hasta el momento sigue siendo una propiedad fantasma.