Para diversos economistas la definición de las clases sociales dependen de múltiples factores entre ellos la formación académica, el acceso a diversos servicios, entre otros, aunque la mayoría resaltan como el factor principal el nivel de ingreso.
Para el Instituto Nacional de Estadística y Geografía las clases sociales se definen de la siguiente manera: todas aquellas personas que ganan en promedio 77 mil 975 pesos mensuales pertenecen a la clase alta, compuesta por un millón 23 mil cuatro personas. 47 millones 201 mil 616 personas que ganan 22 mil 927 pesos mensuales son considerados clases media; mientras que 78 millones 536 mil 236 mexicanos que ganan hasta 11 mil 343 pesos son clase baja.
CLASE ALTA $77,975 mensuales 1,023,004 personas
CLASE MEDIA $22,927 mensuales 47,201,616 personas
CLASE BAJA $11,343 mensuales 78,536,236 personas
Fuente INEGI
Una de las bases ideológicas y promesas del Gobierno Federal es el enfoque de las políticas públicas hacia las personas de bajos recursos con el fin de que abandonen la pobreza. Por ello, una de las principales políticas del Presidente de la República ha sido elevar el salario mínimo, del cual destaca ha aumentado en un 67 por ciento desde 2018 cuando se situaba en los 108.2 pesos y subió hasta 172.9 pesos en 2022.
2018 $108.2
2019 $120.5
2020 $140.1
2021 $155.6
2022 $172.9
Fuente Gobierno Federal
Sin embargo, el alza gradual del salario mínimo no ha sido suficiente para mejorar el nivel de vida de los mexicanos. Según datos del Observatorio Trabajo Digno siete de cada 10 personas trabajan sin un ingreso suficiente para superar el umbral de la pobreza, mientras que un 61.2 por ciento están laborando sin afiliación al seguro social, datos que según reportan se han mantenido desde 2005.
SIN INGRESOS SUFICIENTES 71%
SIN SEGURIDAD SOCIAL 61%
SIN PRESTACIONES 34%
SIN CONTRATO 52%
SIN SINDICATO 87%
Fuente Observatorio Trabajo Digno
Para esta organización la falta de contratos y de organizaciones sindicales que respalden a los trabajadores en sus centros laborales alientan la explotación y violencia patronal lo cual ha forjado una estructura laboral en México que impide que la clase asalariada cuente con herramientas que les permitan acceder a una vida digna.