Mayra Rocío López Estrada vive con sus tres hijos en la colonia Ampliación Valle La Rosita, es madre soltera y diariamente deja a sus niños solos para salir a trabajar en una panadería del centro de la ciudad. Por más de ocho horas Mayra no deja de pensar en la seguridad sus hijos, y desde hace cuatro meses, a esta preocupación se sumó el temor de enfermarse de Covid-19, pues sabe que hasta una gripe puede perjudicar la economía de su hogar.
"Me he enfermado ya y he durado sin trabajar por lo mismo, como hace dos semanas me enfermé, pues me descansaron en el trabajo por lo mismo y pues los niños dependen de mí. Pues me las veo bien negras."
El caso de Mayra es similar al de la mayoría de mujeres en este sector donde habitan 475 familias que lidian diariamente contra la falta de servicios públicos municipales; y ahora, en medio de una contingencia sanitaria, también enfrentan el riesgo de enfermarse olvidados por las autoridades municipales y estatales, que no se han acercado para ofrecerles cubrebocas o paquetes alimentarios, tal como lo señaló la señora María Dolores Calzada Pérez.
"No, ni una. -¿Los tienen olvidados? - Definitivamente estamos olvidados, esta colonia está olvidada."
Ante la falta de apoyos, a quienes trabajan como la señora María Dolores limpiando casas, se les ha dificultado más ganarse el sustento para sus familias.
"Pues nada, tengo el más grandecito que es el que me ayuda, es el que me ayuda a juntar botellas, a recolectar fierro, lo que sea; y pues él es que sí dice pues a ver... él quiere trabajar, pero pues dónde, él tiene apenas 13 años como para que trabaje él ahorita no."
El olvido de las autoridades y la falta de empleos ha impactado en una mayor incidencia delictiva en esta colonia que queda al margen de las estadísticas oficiales, pues acudir a denunciar implica un gasto y la policía municipal raramente circula por las calles de este sector, según denunció la señora María Concepción Morúa Hernández, quien narró que la semana pasada hubo un intento de violación.
"Una muchacha que traían, los vecinos lo agarraron a pedradas y corrió el viejo, no lo alcanzaron a ver quien era, entonces sí necesitamos que venga Seguridad más que nada. - ¿Las patrullas de la Policía Municipal no vienen?- No, les habla uno y no vienen. Vienen hasta que ya se cansa uno de estarles marque y marque."
La desesperación de la gente llegó al punto de que juntar lo poco que tienen para comprar una lámpara y tratar de ahuyentar a los delincuentes.