El principio de paridad en México marcó un hito significativo en la historia política del país, especialmente para las mujeres. Esta medida representó un antes y un después al otorgar el derecho a participar de manera igualitaria en la esfera pública, un paso crucial hacia la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Sin embargo, a pesar de este avance en la participación política de las mujeres, la resistencia a este derecho fundamental no se ha hecho esperar. La implementación de la paridad ha revelado una serie de obstáculos y desafíos que enfrentan las mujeres cuando deciden incursionar en la política, exponiéndolas a diferentes formas de violencia y discriminación.
"Una de las expresiones más fuertes a las que nos enfrentamos las mujeres es a la difamación (...) las otras expresiones de violencia es como hacernos a un ladito, el ignorarnos, pero es cuando nosotros alzamos la voz y decimos: no señor, aquí estoy", dijo Betzabé Martínez, candidata a Diputada Federal por el Distrito 02 de Durango.
Estas formas de violencia no solo afectan la integridad y el bienestar de las mujeres políticas, sino que también constituyen una grave amenaza para la democracia y el ejercicio pleno de los derechos políticos de todas las personas.
"En donde pasa mucho la violencia política de género es en los mecanismos para el adelanto de las mujeres, pongo a una mujer, porque es mujer y es el Instituto de la Mujer, pero no le doy un centavo para ejercer su trabajo, no es una persona preparada, no está capacitada, no va a poder ejercer porque tampoco tienen ningún recurso", comentó Sandra Sierra, activista y excandidata.
Agrega que aún queda mucho por hacer, tanto por parte de los partidos políticos como de la sociedad en su conjunto, con especial énfasis en el compromiso activo de las mujeres.
"Creo que aquí lo que falta es trabajar en cuanto a formar redes de mujeres donde entendamos que nosotras podemos tomar decisiones de fondo y no de forma y también dejar de participar como siendo el reflejo de un señor que realmente es el que toma las decisiones porque hay que ser honestas y muy francas, pasa en todos los partidos políticos", añadió.
Y es que la lucha para eliminar la violencia política de género no sólo es una cuestión de justicia, sino también de democracia y progreso para toda la sociedad mexicana.