Por muchos años, aunque cueste reconocerlo, la raza humana se ha encargado de afectar a la naturaleza; no hemos dado tregua a la flora y fauna, invadimos su espacio, acabamos con su población, nos hemos apropiado consciente e inconscientemente de cada rincón del planeta sin pensar en las consecuencias ecológicas, pero, ¿Aún hay tiempo de rectificar?
El Covid-19 en México y el mundo ha dejado miles de personas muertas, la pandemia ha orillado a las autoridades a que emitan a sus gobernados la medida de no salir de sus casas, se han cerrado las playas, todo par evitar que incrementen sin control los contagios por este virus nacido en Wuhan, China.
Estar en casa, sin salir, cambiar hábitos, ha significado para muchas personas casi casi como si les faltara el aire, ese aire que hoy es un respiro para la naturaleza; en redes sociales no dejan de sorprender el avistamiento de especies silvestres y marinas que actualmente, ante la ausencia del ser humano no se siente amenazado, a qué grado pensamos así que no nos damos cuenta que quienes ahora están llevando su vida normal son ellos.
Por ponerles un ejemplo, las playas de Guerrero, no han sido la excepción; en los últimos días hemos sido testigos de avistamientos de ballenas (fragmento de ballenas saltando), efectos bioluminosos en el puerto de Acapulco (fragmento de bioluminiscencia) o cómo olvidar el más reciente, el avistamiento de más de 200 delfines en Puerto Vicente Guerrero, municipio de Tecpan de Galeana (fragmento de los delfines).
El biólogo marino Carlos Candelaria confirma que las últimas semanas de confinamiento han significado un respiro para todo el planeta tierra, por eso ha sido normal ver incluso a cocodrilos, venados y hasta felinos merodeando por las calles de concreto y adoquín, y no entre zona selvática y pantanosa.
¿Qué nos corresponde hacer de ahora en adelante? porque al fin nos dimos cuenta que al disminuir el impacto sobre el medio ambiente se puede provocar una recuperación del mismo; ¿Será una invitación de la naturaleza a convivir de forma más armoniosa? Nos toca a nosotros decidirlo, lo cierto es que aquí encaja perfectamente el dicho "No hay mal que por bien no venga", pareciera que el Covid-19 se volvió nuestro enemigo, pero aliado de la flora y fauna, como quiera que sea, no está de más, no nos quita nada, de una vez por todas abrazar a nuestro planeta.