Han transcurrido dos meses y medio desde que se registró el primer caso de COVID-19 en la entidad chiapaneca y con ello, la disminución de actividades y flujo de personas en la vía pública.
Con ello, los pequeños negocios han sido los más afectados y a más de dos meses de esta situación ya no han podido seguir solventando gastos, ni el pago de salarios, por ello, han decidido cerrar sus negocios.
Hoy en día es muy común ver letreros de "se renta" en decenas de locales, mientras que otros más, esperan que el confinamiento termine lo antes posible y así poder reactivar su economía.