Sin rito a la muerte por pandemia Covid-19 en Juchitán

Para los zapotecas, la muerte tiene un significado importante; ya que según la creencia es un ciclo cosmogónico y que a partir del deceso el espíritu inicia un largo viaje hacia la morada de los muertos, viaje que dura 4 años, con visitas al mundo terrenal una vez al año, consignada en su calendario religioso llamado Biyé. Cuando alguien fallece se realiza un ritual para entregar su cuerpo a la madre tierra, se le llora, y vela su cuerpo, entre mezcal, música, café y cigarrillos, y se le despide con música de banda que ejecutan las piezas fúnebres. La pandemia cambió todo este proceso de rito, ya que las personas que fallecen a causa del Covid-19, ya no pueden ser llevados al domicilios de sus familiares, no se puede realizar el culto, y la inhumación se realiza en la soledad, bajo medidas estrictas que dicta el protocolo. Las autoridades Sanitarias emitieron un comunicado sobre el manejo de cadáveres en las unidades médicas, este protocolo es basado en marco legal que existe actualmente en el país. El protocolo establece el tratamiento digno de las víctimas, además de los cuidados para el personal médico, por lo que se debe mantener una protección extrema para evitar cualquier contagio. Las medidas estrictas indican que el cadáver deberá ser trasladado en la brevedad posible a la inhumación, y no se podrá abrir el ataúd, y en la medida de lo posible se deberán llevar a cabo los estudios post-mortem. Es decir, atrás quedaron las tradiciones para rendirle culto a los muertos, ya que se antepone la protección del personal médico y el cuidado de la salud de los familiares de los fallecidos por Covid-19.