40 años del EZLN: De la clandestinidad a la conmemoración
Hoy se conmemoran cuatro décadas desde la fundación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), una organización que ha dejado una huella indeleble en la historia contemporánea de México. Fundado en 1983 por un núcleo original de seis personas, el EZLN emergió de las sombras de la clandestinidad nueve meses después, en agosto-septiembre de 1984, con la incorporación del capitán segundo Marcos.
Lo que comenzó como un pequeño grupo de rebeldes se transformó en una fuerza considerable en solo diez años, al estilo de Espartaco, ganando adeptos y creciendo hasta contar con miles de miembros. A partir de 1992, las comunidades zapatistas tomaron la decisión de declarar la guerra al gobierno, un acto que mantuvieron en secreto hasta el 1° de enero de 1994, fecha en la que se levantaron en armas.
Este hermetismo también se extendió a las escuelas de los poblados zapatistas, donde los maestros fueron testigos de cómo la llama revolucionaria crecía entre los habitantes locales. Los líderes insurgentes mantenían un absoluto respeto por los maestros, solicitándoles que guardaran silencio acerca de sus actividades.
En un evento significativo y con motivo de la celebración del desfile del 20 de noviembre, día de la Revolución Mexicana, un grupo peculiar de 15 niños y niñas vestidos como miembros del EZLN marcharon por las calles de San Cristóbal de las Casas. Ataviados con pasamontañas y portando pistolas de juguete, los pequeños gritaban consignas como "¡Viva Zapata!", recordando así la figura emblemática de Emiliano Zapata, líder revolucionario y símbolo de la lucha por la justicia social en México.
Este inusual desfile infantil destaca la persistencia de la influencia del EZLN en la región, mostrando cómo la memoria de la lucha revolucionaria sigue viva en las nuevas generaciones. Mientras la organización conmemora sus 40 años de existencia, la presencia simbólica de niños enmascarados en un desfile dedicado a la Revolución Mexicana resalta la complejidad y la perdurabilidad de su legado en la historia contemporánea del país.