A pesar de constituir la segunda causa de muerte por enfermedad neoplásica en mujeres, al cáncer cervicouterino se le ha restado la importancia que debiera, aseguro Luz María Moreno Tetlacuilo, especialista en estudios de género y salud, sostuvo que este problema se ha visto agravado por las barreras de género socialmente instituidas.
Aún en muchos sectores de la población se considera que el cuerpo de la mujer no se toca y la sexualidad es un tabú; de hecho, algunas formas de moralidad religiosa traducen este padecimiento como una forma de castigo.
"Desde el género la sexualidad femenina se restringe, se limita, por ejemplo uno de los problemas es que la parte de la castidad, de la intimidad, el ocultar la parte genital del cuerpo genera está vergüenza hacía mostrar está parte del cuerpo y esto repercute en el acceso a las mujeres al papanicolaou."
Actualmente, una cantidad considerable de varones en zonas rurales aún no permite que su pareja se realice este examen por considerar impropio que deje ver su cuerpo a otros hombres, incluidos médicos, derivado del control que ejercen sobre el cuerpo y la sexualidad de ellas.
Otro factor importante radica en la práctica de este estudio en los servicios de salud, donde es frecuente que haya malos tratos o se susciten hechos que marcan de manera negativa la experiencia; en consecuencia, provocan que las mujeres no vuelvan a realizarlo, refirió.