Los campesinos y el campo chiapaneco van de mal en peor, y la falta de un plan emergente en tiempos de Coronavirus agrava más la situación en el sector, sostuvo la diputada local de Morena, Olvita Palomeque Pineda.
La legisladora y también presidenta de la Comisión de Desarrollo Rural en la LXVII Legislatura del Congreso del Estado, explicó que durante el año ha sido muy complicado trabajar y avanzar con los temas que le atañen como representante de la comisión, ya que con los cambios en la operación y entrega de recursos desde la Federación el campo chiapaneco ha perdido mucha productividad.
¿Cómo ha repercutido la crisis en Chiapas? Chiapas constituye un ejemplo visible de las consecuencias de la crisis, un estado que arrastra un esquema productivo dominado por cultivos tradicionales, con una población de campesinos e indígenas muy significativa; una entidad que prácticamente concluyó su reforma agraria en el año 2000, con fuertes rezagos sociales y con casi el 75% de su población en condiciones de pobreza.
La crisis se refleja en la caída de la producción y en el valor de ésta, lo que se observa en la aportación que hace el sector agropecuario en la generación de riqueza en el conjunto de la economía chiapaneca: en 2009 no llegó al 10% del PIB, indicador que contrasta notablemente con una población mayoritariamente rural. También lo podemos ver en la cantidad de población que trabaja en el campo, que en los últimos años ha venido disminuyendo; ahora hay más trabajadores en el comercio y en los servicios que en la agricultura. El 38% trabaja en el campo y el 46% se emplea en el sector terciario.