Centros de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, resultan ser un fraude que lejos de ayudar a enfermos empeoran su compartiendo, así lo denuncian familiares de personas que han permanecido internos en estos sitios.
Y es que, ante la desesperación y con la esperanza de poder ayudar a sus familiares, personas deciden internar a sus enfermos en clínicas que prometen estar adaptadas y contar con todo lo necesario para ayudarles a salir de su adicción, sin embargo, no permiten a su familia conocer en el día a día el progreso o las condiciones en las que éstos se encuentran, hasta el tercer mes de su internamiento, que finalmente les permiten reunirse.
Las condiciones en las que permanecen -según testigos- son insalubres, de hacinamiento, no cuentan con servicios médicos en caso de requerirlo, les dan comida echada a perder o los dejan sin comer.
Asimismo, señalan que, no cuentan con personal especializado, pues al ser casas particulares, entre mismos familiares administran estos centros.
Todo esto, lo saben familiares de internos después de tres meses, que es el periodo establecido para volver a tener contacto, sin embargo, otros más no se enteran de lo que acontece dentro, ya que los emenazan.