El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) de 2022, revelando un aumento alarmante en la población infantil y adolescente trabajadora en México en los últimos tres años. El informe subraya la necesidad urgente de abordar esta problemática, especialmente en un contexto marcado por la pandemia y una inflación global desenfrenada.
Según la ENTI, en 2022, se contabilizaron un total de 3.7 millones de personas menores de 18 años involucradas en actividades laborales en México, en comparación con los 3.3 millones registrados en la primera encuesta en 2019. Esto significa que en tan solo tres años, casi medio millón de niñas, niños y adolescentes comenzaron a trabajar, a pesar de los desafíos socioeconómicos y de salud que enfrenta el país.
El reporte del INEGI también revela que el 51.1% de esta población trabajadora infantil y adolescente tiene entre 5 y 14 años de edad, mientras que el 48.9% restante se encuentra en el rango de 15 a 17 años. Sorprendentemente, los niños continúan siendo la mayoría afectada, representando el 60 por ciento de esta población trabajadora.
Durante la presentación de los resultados, Graciela Márquez Colín, presidenta del INEGI, destacó que la cultura popular suele establecer una clara separación entre la infancia y la edad adulta, subrayando la importancia de proteger los derechos de los niños y garantizar que disfruten de una infancia libre de trabajo forzado o explotación laboral.
En cuanto a la distribución geográfica de este fenómeno, en 2019, las tres entidades con mayor trabajo infantil eran Oaxaca, Puebla y Chiapas. Sin embargo, los datos más recientes muestran un cambio en esta tendencia, y ahora Chiapas ocupa el segundo lugar. Los tres estados con mayor trabajo infantil en 2022 son:
* Guerrero (24.5%)
* Chiapas (20.8%)
* Nayarit (19.1%)
Este aumento en el trabajo infantil es motivo de preocupación para las autoridades y organizaciones de derechos humanos, ya que el trabajo en edades tempranas puede tener graves repercusiones en el desarrollo físico, emocional y educativo de los niños y adolescentes involucrados. Se hacen llamados a tomar medidas urgentes para abordar esta problemática y garantizar un futuro mejor para la niñez mexicana.