La Covid-19 provocó grandes turbulencias en la pesca y la acuicultura, alternado la producción, irrumpiendo las cadenas de suministro y reduciendo el gasto de los consumidores debido a las diversas medidas de confinamiento.
Lo anterior aunado a las afectaciones por restricciones a productos del mar, principalmente la importación de camarón ya que su pesca en altamar incurre en deficiencias de dispositivos excluidores de tortuga marinas.
Sin embargo, vivimos en un país en el que incumplir la ley, generalmente no tiene consecuencias, y es que quienes se dedican al sector hacen lo que pueden para que los consumidores reciban el producto.
La principal restricción a la que se enfrentan aseguran, es el clima.
"Lo único que si hay es en el sentido de a veces escasez por la temporada, por ejemplo, de este frente frío que entró, entonces muy poca gente se pudo abastecer, entonces eso hace que a veces se incremente el precio."
En Chiapas, el sector pesquero y acuícola contribuye a fortalecer la autosuficiencia en estos productos en la entidad.
"Digamos que durante muchos años se ha llegado a surtir uno por ejemplo tenemos pescaderías, las más conocidas son paredón, La Gloria, hasta Tapachula hay otras, pero son muy poco conocidas."
En la capital los productos del mar más comerciales son el pardo, el robalo, pescados, mapache, besugo, dorado, mero, por mencionar algunos y lo que más se comercializa es la tilapia un producto de agua dulce.
En 2020 Chiapas ocupó el primer lugar Estatal en producción de mojarra, el segundo en atún y el tercero en camarón.
Sin embargo, en la actualidad la acuicultura esta caída, los factores que han afectado son los problemas sociales, la falta de permisos, la crisis económica y la poca inversión de capital privado.