Rubén Vera Mendoza, mecánico de motocicletas, perdió la vista hace más de 20 años, sin embargo, esto nunca fue un obstáculo para que él continuara dedicándose a esta labor y así poder sacar adelante a sus tres hijos, mismos que hoy en día tienen una carrera profesional, gracias al esfuerzo de su padre.
Debido a que desde los 12 años se dedicó a este oficio, pudo aprender todo lo necesario e identificar por medio del oído cada problema relacionado a las motocicletas, hasta que debido a la diabetes y a cuestiones hereditarias vino lo enevitable; a los 41 años de edad perdió totalmente la vista.
Es gracias a su ayudante, que don Rubén puede seguir reparando automotores, pues es él quien da instrucciones de lo que se necesita reparar, gracias a su desarrollado sentido del oído y a que conoce a la perfección cada ruido de una motocicleta.