Descargas de drenaje, llantas, muebles viejos, y basura provocan malos olores en la zona norte oriente del cauce del Río Sabinal.
Sobre la superficie de la afluente flotan las esces que llegan de las descargas clandestinas.
Millones de pesos han sido invertidos en el rescate del río que hoy ha perdido su escencia.
Del agua clara ya no queda nada, el cauce es ahora el de un río putrefacto pestilente, con un color obscuro propio de la contaminación.