"Si es difícil porque tienes que estar pendiente de hacer comida, de ver a tus hijos hacer tarea, hacer tu material para hacer bolis, ahora sí que, me lleva toda la tarde, me dedico a la tarde hacer bolis hasta la noche"
Es así como Karina relata su día a día, desde comenzó a emprender con un negocio de venta de bolis, y al mismo tiempo cuidar a sus hijos.
"Tuve que renunciar a mi trabajo porque no había quién me cuidara a mis hijitos, tuve la idea empezar a vender bolis en la escuela con mis hijitos para no descuidarlos"
Describe, que en un principio no fue fácil, acostumbrarse a una nueva actividad, y más con la presión de que su inversión, tenía que recuperarla.
"Mi primera inversión fue de mil pesos, empecé con cinco sabores y ya ahorita tengo en existencia 16 sabores, y ahí voy, vendiendo"
Ella como muchas otras, han encontrado en las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea una herramienta y vía para poder llegar a más clientes.
"Nos ha permitido vender en línea, eso permite que cualquier marca emergente a través de en línea pueda vender y cuando ya está posicionada ya se atreve a poner un local"
Especialistas en el tema, que el emprendimiento es un empleo informal, que en el Chiapas es sector equivale al 60 por ciento, y que, con el camino correcto se puede volver un empleo formal.
"Ante este escenario, el crear un emprendimiento la idea es que este emprendimiento no se quede únicamente como una actividad, que haga yo, de manera improvisada, sino es cómo llevo ese emprendimiento a la formalidad"
Actualmente, Karina tiene clientes que le compran por mayoreo, vende en la escuela donde estudian sus hijos y le llegan a comprar a su casa, sabe, que el inicio fue complicado, por lo cual no baja los brazos.
"Fue difícil porque no sabía si me iban a comprar, que tanto iba a vender, pero empecé con la familia y con las amistades, doy gracias, porque ellos empezaron a abrirme la puerta para poder vender"
Aunque su emprendimiento ya tiene un camino hecho, aún sale a vender a la orilla de la carretera en la Ribera a Cupia, en Chiapa Corzo, ahí con hielera en mano, ofreciendo los diferentes sabores.