15 años han pasado desde el paso devastador del huracán Stan, y familias que prácticamente perdieron todo y que además quedaron fuera de los programas sociales y de vivienda, hoy siguen esperando el apoyo de las autoridades, en tanto viven en casas hechizas de lámina y cartón en márgenes de las vías del ferrocarril, ocupando espacios que no son adecuados y mucho menos seguros para tener un espacio digno donde vivir, en donde la marginación y la pobreza por la que atraviesan estas familias es más que evidente, ya que no cuentan con todos los servicios básicos, hoy están con la incertidumbre si algún día las autoridades los tomarán en cuenta.