El Reloj del Apocalipsis, un símbolo visual creado para alertar sobre los riesgos globales que amenazan la supervivencia humana, ha sido recientemente ajustado a una alarmante cercanía: 90 segundos para la medianoche.
Esta marca es la más cercana al "fin del mundo" desde que se presentó por primera vez en 1947, y refleja la creciente preocupación de expertos sobre los riesgos de conflictos bélicos, el cambio climático y otros factores que podrían alterar la vida en el planeta.
Este reloj, establecido por el Boletín de Científicos Atómicos, es una metáfora visual del peligro que representa la combinación de amenazas nucleares, climáticas y tecnológicas. A lo largo de los años, su minutero ha sido ajustado en función de los eventos globales más importantes, y en el último ajuste, en 2023, se mantuvo en la misma posición crítica de 90 segundos para la medianoche. Esta cifra se repitió en 2024, lo que confirma una creciente alarma en el ámbito internacional.
Cuando el reloj fue creado, en 1947, su minutero estaba posicionado a 7 minutos de la medianoche, lo que reflejaba las tensiones de la posguerra y los primeros ensayos nucleares. Sin embargo, el reloj ha cambiado varias veces a lo largo de las décadas. En 1949, después de que la Unión Soviética realizara su primera prueba nuclear, el reloj se movió a solo 3 minutos de la medianoche, marcando el inicio de la carrera armamentista durante la Guerra Fría. En 1991, con la firma del Tratado START entre Estados Unidos y la URSS, el reloj retrocedió a 17 minutos, su posición más lejana.
Sin embargo, en los últimos años, el reloj ha ido avanzando peligrosamente hacia la medianoche. En 2020, debido a factores como el cambio climático, las tensiones nucleares y la desinformación digital, el reloj se ajustó a 100 segundos, su posición más cercana hasta ese momento. Los años recientes, marcados por la invasión de Ucrania por parte de Rusia, las amenazas nucleares y los conflictos geopolíticos en diversas partes del mundo, han mantenido al reloj en la alarmante marca de 90 segundos.
La posición del Reloj del Apocalipsis no es solo una alerta simbólica, sino una evaluación continua de las amenazas que enfrentamos como humanidad. Los expertos en ciencia, seguridad y política internacional se encargan de ajustar el minutero basándose en factores como la proliferación de armas nucleares, el impacto del cambio climático, los avances tecnológicos mal gestionados y los conflictos geopolíticos que podrían desencadenar guerras o inestabilidad global.
El Reloj del Apocalipsis nos recuerda, en su forma más visible y simbólica, que las decisiones políticas, las acciones internacionales y nuestra relación con el medio ambiente pueden marcar la diferencia entre la paz y el caos. Si bien el reloj no predice el futuro, su ajustado minutero sirve como una llamada de atención para todos: la humanidad debe actuar con urgencia para reducir los riesgos que amenazan nuestra supervivencia y asegurar un futuro sostenible.