Un reciente estudio realizado por la Universidad de Ciencias y Arte de Chiapas (Unicach) reveló la presencia de metales pesados en las microcuencas que conforman el río Grijalva, cuya importancia es vital, pues abastece de agua a comunidades en la frontera entre México y Guatemala y en la región de los Llanos. Este informe advierte sobre los riesgos potenciales para la salud humana y el ecosistema, alertando sobre posibles efectos nocivos en la flora, fauna y en la cadena alimentaria de la región.
La investigación indica que tanto el agua como los sedimentos en las cuencas media y baja del Grijalva contienen metales peligrosos, y estudios en especies marinas muestran que estos contaminantes se acumulan en los organismos y pueden transferirse a través de la cadena trófica, afectando a quienes consumen productos acuáticos.
El estudio destaca el incremento de mercurio en las cuencas de los ríos que convergen y abastecen a diferentes poblados como Nuevo Paraíso, América Libre, 20 de Noviembre, Laja Tendida, Puy, Venustiano Carranza, Ingenio Pujiltic, Col. Nuevo Tamaulipas, entre otros. Los metales más tóxicos, como el arsénico, cadmio, cromo, mercurio y plomo, representan un riesgo significativo, mientras que otros como el cobre y el zinc pueden también volverse peligrosos si alcanzan concentraciones elevadas.