El megaproyecto del Tren Maya podría traer riesgos previsibles que pueden ser atendibles y que podrían ser de beneficio para el propio proyecto, en términos de necesidades de la población donde tendrá presencia esta obra sexenal.
"Riesgos que se observan a futuro, insisto previsibles y que son posibles incluso de hasta modificar o reducir y mitigar incluso esos riesgos". Tratar de establecer escenarios no significa que es lo que vaya a suceder, sino son posibilidades digamos de futuro que tienen en el marco de la información que tenemos del proyecto del Tren Maya".
Miguel Ángel Díaz Pereda, investigador titular del departamento de Sociedad y Cultura de Ecosur Unidad Villahermosa, explicó que en base a estos escenarios se establecerían políticas públicas de mejores condiciones de futuro de la población que vive en la región.
Algunos de estos riesgos contemplan posibles despojos del territorio de familias de las zonas donde transitara el Tren Maya; posibles impactos en las zonas donde hay cierta presencia de cobertura forestal y tránsito de fauna que dependería de cada región por la que pasa el Tren Maya; el potencial de riesgo que puede existir en términos de disponibilidad de agua también depende de cada región y la cuenca Usumacinta- Grijalva, y toda la demanda que puede propiciar contaminación; impactos que puede generar en la ganadería de la zona norte de Chiapas; afectaciones en zonas de cavernas, cenotes de la Península; todos estos posibles riesgos podrían ser impactos negativos para el territorio.
En septiembre del 2019, se constituyó el Grupo Conacyt Territorios Tren Maya, y está conformado por expertos de Conacyt, Ecosur, Colegio de la Frontera Sur, Centro de Investigación en Ciencias de Yucatán, Centro de Investigación de Estudios Superiores de Antropología Social, y organizaciones de la sociedad civil; de esta agrupación se han emanado opiniones de expertos que buscan resolver estos riesgos previsibles.