La familia Guillén Ramos, una de las más afectadas por la lluvia que se registró en la capital chiapaneca, sigue padeciendo los estragos de aquella noche en donde el agua arrasó con todas sus pertenencias.
Aún no han logrado sacar todo el lodo y material que el arroyo Potinaspak ingresó a las casas hechas de láminas y adobe y conforme van limpiando, se van dando cuenta que no ha quedado nada que puedan recuperar.