Familias completas se dedican a la recolección de residuos sólidos, desde temprana hora salen de sus hogares y caminan cientos de kilómetros recolectando pet, aluminio, cartón e incluso vidrio.
Después de su largo recorrido acuden a empresas que se dedican a la captación de estos residuos para vender lo recolectado, sin embargo, sus extensas jornadas se ven recompensadas con menos de 200 pesos, recurso que les ayuda a solventar gastos diarios, pero que no los saca de la situación de pobreza, aseguran.
Por otra parte, el Ayuntamiento Capitalino, denuncia estas prácticas, especialmente de empresas o personas que ofrecen el servicio de recolección de residuos a locales o restaurantes, pues aseguran que no les dan un destino final adecuado, pues quienes ofrecen este servicio no cuentan con certificación para hacerlo y únicamente se quedan los residuos reutilizables y los venden y la basura que sobra la depositan directamente en los contenedores, lo que genera un desorden y una pérdida económica para la autoridad municipal.