Para evitar mal uso de ellas, el Instituto Nacional Electoral dispone de dos años para destruir las credenciales que ciudadanos no acuden a recogerlas en los diferentes módulos establecidos, situación que implica que las personas queden fuera de la lista nominal, lo que redundaría en que la no podrían emitir su sufragio en el momento de realizarse elecciones, por lo que exhortan a la ciudadanía a tomar en cuenta estos aspectos.